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Antiguo camino patriarcal

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Hacia el Santuario del Monte Lussari

El Iter es un Camino, no mayor (como aquellos que conducían a Roma, Jerusalem y Santiago de Compostela), pero tampoco menor (es decir, que tiene como meta un solo Santuario de la Región); este camino "reúne" Aquileia, sede del antiguo patriarcado, con el Monte Lussari, que contiene el Santuario, tocando muchas otras iglesias, localidades y ciudades particularmente relevantes en nuestra historia.

La reconstrucción del antiguo trazado se vale de fuentes históricas, documentos escritos, elementos del paisaje, construcciones artísticas votivas, pero también de testimonios de personas ancianas. Es un trazado de la memoria, por ciertos aspectos, invisible. Desde el momento en que hemos podido recorrerlo antes y señalarlo después en los mapas, logramos traerlo a la luz, pero solo pisándolo otra vez podrá volverse VERDADERO.

Recorriendo este Iter, este Camino, se atraviesa el Friuli, desde el mar hasta las montañas, se tocan iglesias votivas, se es guiado por antiguos retablos y se pueden reconocer huellas de antiguos centros de hospitalidad, centros dirigidos por órdenes monásticas y caballerescas. El Iter, que pronto se recorrerá siguiendo trazos celestes, es una conexión intuida, reconstruida etapa por etapa, porque el ferrocarril, las nuevas rutas, los puentes y las transformaciones de los pueblos han cancelado, desplazado, desviado, muchos tramos de antiguos senderos que nuestros antepasados recorrían. Pero queremos evidenciar que este Camino ha sido buscado, experimentado y evaluado después de haber escuchado las sugerencias de ancianos que bien se recuerdan de cómo alcanzaban, tiempo atrás, las distintas iglesias, aún aquellas más lejanas, a pie.

Si el signo distintivo del Camino es el de ser patriarcal, el segundo es el de ser Mariano, por ésto se llama Camino Celeste, porque une lugares de antigua devoción mariana; numerosísimos son los retablos, los templetes y las imágenes de María que nos acompañan a lo largo del Camino. Mientras se camina y se procede, se puede disfrutar de la presencia de pequeñas joyas artísticas poco conocidas y, gracias a la lentitud del paso, se puede observar como se va modificando el paisaje: la laguna, la llanura, los ríos, las ciudadelas, los viñedos en la zona del Collio, los distintos valles con sus respectivos ríos, los montes de los Prealpes y de los Alpes Julianos que nos salen a encuentro. También el oído reconocerá los pasajes de una zona a la otra, porque muchos son los dialectos y las lenguas que seguirán el paso.

Pero el Iter no es un recorrido cerrado adentro de nuestra región, porque desde Austria y desde la vecina Eslovenia hemos activado dos Caminos que llegan al Lussari. De esta manera, juntos, hemos reconstruido aquellos puentes invisibles que unen nuestros países más allá de las fronteras. Por otra parte, nuestra región, propio por la posición geográfica que ocupa, ha sido siempre "tierra de paso" para quienes llegaban desde el este como desde el oeste, desde el norte o desde el mar. Abrámonos la puerta entre cercanos y lejanos. Pongámonos en camino por el Iter Aquileiense, encontrémonos "iterum", de nuevo.





Cada Camino está hecho de pasos antiguos y nuevos: este Camino espera los tuyos!